Thursday, December 06, 2007

LA LEYENDA URBANA DEL CENTRO

BIEN, SALGO EN LA MAÑANA A LA CALLLE Y…

"La señora Locura es nerviosa, tonta e ignorante. Se sienta a la puerta de su casa, en un trono, en lo alto de la ciudad. Desde allí interpela a los transeuntes, a los que siguen derecho por su camino: «¡Dense una vuelta por aquí, ustedes que nada saben!» A los que no piensan en nada les dice: «¡El agua robada es más dulce, el pan que se come a escondidas es más sabroso!» Pero los oyentes no saben que por allí andan rondando los muertos, y sus invitados descienden a los infiernos."
Proverbios 9 versiculo 13, El banquete de la locura.

“Aquello de ver el corazón de la calle es más impactante de oir a Mozart, y su réquiem”, mi agotada mente piensa mientras retiene con desagrado el olor a grasa que invita a los peatones a quedarse un poco y entrar a consumir algún chorizo antes del almuerzo.

Mientras camino, alguna frase de “cortejo” que un hombre le compuso de improviso a una mujer se atraviesa: “me gustan grandotas, uy mire esa arepa, uy que lindo que tiene ese rabo”. Luego, debo esquivar a un ser jerarquizado en un limbo entre el homo Sapiens y el Australopitecus y, por lo tanto, con la escasa capacidad de moverse y proferir algún balbuceo ininteligible que gusta comunicar a su audiencia. Algunas veces alcanza a gritar una grosería que le salió del alma, y a seguir peleando con sus fantasmas en el semáforo. Al verlo a él, o a ella, de pelo chamuscado, y cuerpo tiznado, ambos evocando a nuestra humanidad primitiva, solo puedo pensar que aquellos personajes no distan mucho de los demás peatones.

Un buen día salí de un banco, y en la esquina de un parque se me atravesó una señorita para recoger lo que a mi vista parecía un “fajo” de infinitos billetes de 20 mil pesos. Al instante pensé “qué suerte la de esta mujer, por qué no lo vi primero, si estaba encima de mi zapato” pero, luego del lapsus de la inmediatez, comprendí que la mujer había fallado conmigo, su víctima, en la modalidad de un robo conocido por todos como “el paquete chileno”.La mujer me preguntó, como para ver si le podía juzgar moralmente bien antes de intentar hacerme de nuevo la fechoría, “¿será que se los entrego al viejito que se le cayeron?” y yo, intentando seguir mi camino, le respondí “no sé”.Luego la ví santiguarse cuando pasó la calle, y al final no supe si era una ladrona. Tal vez era una mujer necesitada, pensé yo, pero, ¿por qué robarle la plata a un ancianito?

Y qué decir de aquel hombre que se hace comenzando el puente. Vendiendo palos, hierbas, menjurjes mágicos que curarán los males de su clientela inocente. La impotencia y el acné son enfermedades que él dice curar, y en su asento paisa fingido, como para infundir más credibilidad a sus promesas, ilustra los casos de enfermedades no solo con unas vistas, sacadas de algún libro viejo de dermatología, sino que pone en performance a los mismos transeúntes. Con su micrófono parlante, le advierte al público… “o como esa señora que pasa allí, mire usted, esos granos vulgares solo pueden curarse con esta pomada que….” De repente, su discurso se ve interrumpido por la turba que huye porque llegó la policía a sacarlos del espacio público invadido desde hace años y hoy parece un predio privado, como si ellos le pagaran impuesto, porque así me lo hizo saber un hombre que me recriminó hace unos días cuando, a falta de espacio en el espacio público, sin querer queriendo le pisé una de sus correas que vendía. “acomódemela” no encontró otra cosa qué decirme.

En esta feria callejera, que feliz y tristemente me enternece, o podría decir yo, me apesadumbra, veo como la gente vive, en alguna extraña pesadilla. La voz de algún ángel en miniatura, que de seguro me camina por el hombro a diario, me dice: Pobre gente, no hay dinero y se rebuscan la vida. Y le respondo con la rabia que me dio el señor de las correas, pero, a qué precio se la rebuscan!.

Robando, engañando, abusando, convirtiendo el espacio público en un lupanar de miseria.

Un vendedor de puesto ha guardado su ganancia del día dentro de la tapa de una alcantarilla, ¡ingenioso!, pienso yo. Entre tanto, en las gradas del puente las mendigas de turno se acomodan para empezar su horario de trabajo, alguna se pinta y otras se ensucian. Las indígenas ecuatorianas, manejadas por algún chulo explotador, cargan a sus guaguas, que ni deben ser de ellas. ¿A quién engañan?.

Tal vez si existen ángeles y demonios perdidos en el mundo; En cara del hombre que se pasea un domingo con una jeringa y un traje de Osama binladen, quién sabe si para amedrentar o agradar. Un demonio, escondido en los escombros del barrio obrero, y que se adhiere a los desorbitados ojos de un indigente que me saca la lengua mientras encuentra algo en la bolsa.


CONTINUARÁ..

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Oi, achei seu blog pelo google está bem interessante gostei desse post. Gostaria de falar sobre o CresceNet. O CresceNet é um provedor de internet discada que remunera seus usuários pelo tempo conectado. Exatamente isso que você leu, estão pagando para você conectar. O provedor paga 20 centavos por hora de conexão discada com ligação local para mais de 2100 cidades do Brasil. O CresceNet tem um acelerador de conexão, que deixa sua conexão até 10 vezes mais rápida. Quem utiliza banda larga pode lucrar também, basta se cadastrar no CresceNet e quando for dormir conectar por discada, é possível pagar a ADSL só com o dinheiro da discada. Nos horários de minuto único o gasto com telefone é mínimo e a remuneração do CresceNet generosa. Se você quiser linkar o Cresce.Net(www.provedorcrescenet.com) no seu blog eu ficaria agradecido, até mais e sucesso. If is possible add the CresceNet(www.provedorcrescenet.com) in your blogroll, I thank. Good bye friend.

8:54 AM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home

PAGINAS DE INTERNET QUE RECOMIENDO: www.elblogotazo.com